06 marzo 2008
Día Internacional de la Mujer
¿Día Internacional de la Mujer?
Un año más, nos encontramos en estos días conmemorando el "Día Internacional de la Mujer". Me gustaría pensar que no es un acto puntual que acaba al final de esta jornada, sino que es una actividad más, de las que hacemos cualquier día del año:
* 1 - Ensanchar nuestra conciencia y comprensión de la compleja realidad femenina y su relación con el mundo masculino.
* 2 - Favorecer la autoestima y confianza entre las propias mujeres.
* 3 - Crear solidaridad de las mujeres entre sí y de éstas con los hombres
* 4 -Facilitar la más rápida inplantación de las medidas de acción positiva propiciadas desde las instancias correspondientes.
Pero como en toda metodología va implícita una evaluación, para comprobar si lo estamos haciendo de manera adecuada. Nosotras como mujeres, deberíamos aprovechar estos días no sólo para festejar el "Día" sino para preguntarnos que a medida que pasan los años ¿estamos conformes con las medidas que utilizamos en nuestra vida para establecer cada vez más la igualdad en nuestro entorno? y ¿Son suficientes para colaborar en abolir la desigualdad imperante?.
No se puede generalizar, pero creo que la mayoría de nosotras llegaría a la conclusión de que ha llegado el momento en el que deberíamos hacer algo más.
La igualdad de los sexos debería ser una preocupación para todos, hombres y mujeres, ya que la negación de tal igualdad perpetra una injusticia contra la mitad de la población y promueve hábitos y actitudes perjudiciales para el desarrollo de los dos sexos. Todos y todas somos imprescindibles para construir una sociedad mejor que la que tenemos. Bahá'u'lláh (1817-1892), fundador de la Fe Bahá'í escribió:
"Sin las cualidades, las capacidades y las habilidades de la mujer y del hombre, el completo desarrollo económico, social, cultural y espiritual del mundo se hace imposible".
Pero a pesar del consenso que existe en torno a esta afirmación, hay disparidad de opiniones a la hora de adjudicar la responsabilidad de tomar las medidas oportunas para fomentar estos principios fundamentales: ¿La familia?, ¿El mundo educativo?, ¿Los medios de comunicación?, etc.
Es natural que nos preocupen los síntomas aparentes, como es la gran avalancha de violencia doméstica, discriminación en el campo laboral, la discriminación en las labores domésticas, la promoción de juguetes sexistas, etc. pero deberíamos trabajar más en las causas de la enfermedad y sobre todo en su prevención.
Desde que nacemos aprendemos cosas, observamos el mundo que nos rodea, tomamos consciencia de nuestro cuerpo, buscamos modelos con los que identificarnos y lentamente vamos identificando nuestra identidad personal. El primer medio en el que aparece el ser humano es la familia, y en primera instancia nos encontramos los padres y las madres, como primeros educadores, los cuales intentamos ofrecer a nuestros hijos e hijas el medio oportuno para que cada uno llegue a convertirse en causa de paz y progreso para toda la raza humana, desprendiéndose de todo tipo de prejuicios, ya sea de sexo, raza, lengua, religión, etc.
La educación de nuestros hijos es hoy una empresa heróica, casi una obra de arte, pero si no usamos apropiadamente las técnicas de este arte, no se podrá tener mucho éxito. Valdría la pena prestar atención a lo que nos dicen las enseñanzas baha´'ís sobre la familia:"...cuando una familia se basa en principios molrales y espirituales sólidos, se respetan los valores individuales de todos sus miembros y se mantiene la unidad mediante la consulta amorosa, franca y receptiva de todos sus componentes, esta institución pasa a ser un elemento esencial en el desarrollo y educación, tanto del individuo como de la sociedad".
Pero en esta labor tenemos un fuerte adversario. La explosión de los medios de comunicación durante este siglo ha dado lugar a una industria millonaria que glorifica la superioridad del hombre ante la mujer por medio del cine, la televisión, la literatura, la música, internet, etc. Ante esto , una gran mayoría de padres y madres se muestran en gran medida impotentes a la hora de hacer frente a esta avalancha.
Todos estos medios refuerzan los roles ya adquiridos, en las personas adultas, pero no se los crean. En cambio, en los jóvenes, en los niños y las niñas, les están confundiendo ya que se encuentran en una etapa de la vida en la que buscan modelos para imitar e identificarse. No tienen aún una opinión formada de las cosas, ni tienen las suficientes defensas, ni un sentido crítico. Por tanto tenemos que velar por ello, dentro de nuestras posibilidades.
Es necesario trabajar para que los medios de comunicación dejen de transmitir mensajes que mantienen o potencian los viejos prejuicios sexistas; que exaltan la guerra, la violencia social, y la agresividad como manifestaciones naturales de la potencia masculina, mientras refuerzan la impresión de que las mujeres son objetos impotentes y asequibles de los deseos masculinos, o como modelo de igualdad, nos muestran a mujeres que imitan los defectos masculinos llevados al extremo.
Los medios de comunicación deben eliminar las imágenes estereotipadas de las niñas y las mujeres. Deben ser presentadas en condiciones de igualdad. Y si los medios de comunicación desean estar a la altura de las circunstancias actuales y cumplir realmentecon su labor, libre de prejuicios, deberían trabajar constanstemente con el propósito de ayudar a trasmitir nuevos modelos de masculinidad y feminidad y a potenciar nuevos hábitos que nos ayudarán a avanzar más rápidamente hacia la igualdad.
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