25 octubre 2007

El lado de la Mujer


El anhelo de una mujer de estar unida a un hombre es una expresión de su necesidad de realizar las potencialidades de su ciclo de vida. En este lazo ella busca llenar al máximo su función como ser humano; al aumentar el grado de servicio al tener niños y buscando así enriquecer su familia con su amor.

Pero esta realización a través de la fortaleza del matrimonio debería no ser mal interpretada, como que la consumación suprema de la mujer es su unión con un hombre. La mujer es una entidad física, intelectual y espiritual, y está dotada con todas las capacidades latentes que le permiten progresar a través de todos los mundos de Dios.

Si este principio esencial de la autonomía de la mujer no es reconocido, las relaciones entre ambos sexos llegan a ser enfermizas. La mujer en el papel de un ser dependiente y parásito, pierde la confianza en sí misma y espera no ser nada salvo aquello que ha sido proyectado en ella. Y junto con este legado de la mujer avanza un sociedad enferma, sin balance e injusta. "el mundo de la humanidad posee dos alas -el hombre y la mujer. Mientras estas dos las no sean iguales en fuerza el ave no volará. Hasta que la mujer no alcance el mismo grado de desarrollo que el hombre, hasta que ella no tenga acceso a los mismos campos de actividad, los extraordinarios alcances de la humanidad no podrán ser obtenidos, la humanidad no podrá alzar su vuelo hasta los más altos logros." afirmaba Abdu'l-Bahá

Cuando la mujer descubre este maravilloso sentido de independencia de todo salvo de Dios, es liberada del cautiverio.

Durante toda su vida ella se ha identificado a sí misma en términos masculinos; ella es la hija de su papá, la novia de su amado, la esposa de su marido. Su concepto de sí misma es increíblemente influenciado por estos hombres especiales -hasta el punto de que ella se siente en cierto modo incompleta sin ellos.

En las enseñanzas de Bahá'u'lláh yace la confianza establecida que testifican las potencialidades de cada alma de desprenderse de todas las cosas salvo de Dios, atenerse sólo a Él y consagrarse a su servicio. De aquí que este descubrimiento de su independencia y autonomía no es solamente un fenómeno social para la mujer, sino también una importante realización espiritual.

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