
El inherente deseo de conocimiento impulsa a todo ser humano a lograr la comprensión de los misterios del universo y sus fenómenos infinitamente diversos, tanto en el plano visible como en el invisible.
Dirige también la mente a buscar pleno entendimiento de los misterios dentro del propio ser. Orientado por una visión de belleza y perfección, un individuo que está motivado por la sed de conocimieto, encara la vida como un investigador de la realidad y como un buscador de la verdad:
" Por cierto, ¡Oh hermano!, si ponderamos cada cosa seremos testigos de infinitas sabidurías perfectas y aprenderemos una infinidad de verdades nuevas y maravillosas." Bahá'u'lláh
1 comentario:
Hola Catinur,
Un post muy interesante.
GRACIAS por compartirlo. :)
Saludos,
Begoña
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