15 septiembre 2009
Día Internacional de la Paz-21 Septiembre - La Paz fruto de la unidad
Foto: Es Colomer desde el mirador de Formentor - Pollensa (Mallorca) Por Celia
El 7 de Septiembre de 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió que, a partir del 2002, el Día Internacional de la Paz será observado cada 21 de septiembre, fecha que se señalará a la atención de todos los pueblos para la celebración y observancia de la paz (resolución 55/282). Declaró que «el Día Internacional de la Paz se observará en adelante como un día de cesación del fuego y de no violencia a nivel mundial, a fin de que todas las naciones y pueblos se sientan motivados para cumplir una cesación de hostilidades durante todo ese Día».
También invitó a todos los Estados Miembros, a las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, a las organizaciones regionales y no gubernamentales a conmemorar de manera adecuada el Día Internacional de la Paz realizando, entre otras cosas, actividades educativas y de sensibilización de la opinión pública, y a colaborar con las Naciones Unidas en el establecimiento de una cesación del fuego a nivel mundial.
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Entre todo lo que se hace o puede hacerse en el mundo por acelerar la tan ansiada Paz, está también el llamamiento bahá'í para la Paz.
El plan de paz de Bahá'u'lláh prevee instituciones internacionales, que promulguen leyes para toda la humanidad, coordinen los intereses de los pueblos en el seno de la familia de naciones, y emitan juicios en cuestiones de litigio entre las naciones y los hagan cumplir.
Hace ciento veinte años, Bahá'u'lláh llamaba ya a todas las naciones a la solidaridad mundial:
"El Gran Ser, deseando revelar los requisitos previos para la paz y tranquilidad del mundo y el adelanto de sus pueblos, ha escrito: Debe llegar el tiempo en que la imperativa necesidad de tener una concentración vasta y omnímoda de los hombres será universalmente comprendida: Los gobernantes y reyes de la tierra deben necesariamente concurrir a ella y participando en sus deliberaciones deben considerar los procedimientos y medios qu establezcan entre los hombres los fundamentos de la Gran Paz Mundial.
Tal paz exige que las grandes potencias decidan, para la tranquilidad de los pueblos de la tierra, estar completamente reconciliadas entre sí. Si algún rey tomare sus armas contra otro, todos deberán levantarse unidos e impedírselo. Si esto se hace, las naciones del mundo ya no necesitarán armamentos, salvo con el fín de preservar la seguridad de sus reinos y mantener el orden interno de sus territorios".
Bahá'u'lláh envió cartas a los gobernantes del mundo instándoles a establecer la paz en la tierra. "Estas luchas estériles, estas guerras desastrosas pasarán y la Paz Más Grande reinará". Su mensaje no fue escuchado.
En Octubre de 1985 la Casa Universal de Justicia (institución suprema de la Fe Bahá'í), con ocasión de la inaguración del Año de la Paz de las Naciones Unidas, envió un mensaje dirigido a Todos los Pueblos del Mundo "La Promesa de la Paz Mundial", a toda la sociedad humana.
Ervin Lazslo, jefe de redacción de la World Encyclopedia of Peace (Enciclopedia Mundial de la Paz) y miembro del Club de Roma, escribió:
"El llamamiento bahá'í para la paz llega en un momento crucial en la historia de la humanidad. La paz en el mundo contemporáneo ya no es una opción sino una necesidad. Todos los dirigentes y pueblos del mundo deben llegar a darse cuenta de este hecho y lograr la madurez que la Fe Bahá'í prevé para la llegada a la mayoría de edad de la humanidad".
"La Gran Paz hacia la que las gentes de buena voluntad han inclinado sus corazones a lo largo de los siglos, esa paz que los videntes y los poetas han vaticinado generación tras generación, y que han prometido constantemente las sagradas escrituras de la humanidad, está por fín al alcance de todas las naciones". (La Promesa de la Paz Mundial)
"La Paz del mundo no sólo es posible, sino inevitable", "Estas luchas estériles, estas guerras desastrosas pasarán y la 'Paz Mayor' reinará", escribe Bahá'u'lláh
El dilema primordial que hay que resolver es cómo el mundo actual, con su intrínseca pauta de conflicto, puede cambiarse por un mundo en el que prevalezcan la armonía y la cooperación.
El orden mundial sólo puede fundarse sobre una imperturbable conciencia de la unidad de la humanidad, verdad espiritual que confirman todas las ciencias humanas. La antropología, la fisiología y la psicología reconocen sólo una especie humana, aunque con infinitas variantes en los aspectos biológicos secundarios. Para admitir esta verdad hay que abandonar los prejuicios, toda clase de prejuicios: de raza, clase, color, credo, nación, sexo, grado de civilización material; todo lo que hace que la gente se considere superior a los demás.
La aceptación de la unidad de la humanidad es el requisito previo fundamental para la reorganización y administración del mundo como un solo país: el hogar de la raza humana. La aceptación universal de este principio espiritual es indispensable para tener éxito en cualquier intento de establecer la paz mundial. Por lo tanto, debe proclamarse universalmente, debe enseñarse en las escuelas y afirmarse constantemente en todas las naciones como preparación para el cambio orgánico en la estructura social que esta aceptación implica.
La Promesa de la Paz Mundial, que fue publicada en octubre de 1985, ha sido traducida a más de 76 idiomas, habiéndose distribuido cerca de tres millones de ejemplares, entre ellos a reyes, gobernantes y personalidades del mundo cultural y social.
Nota: Pueden descargarse el documento entero de La Promesa de la Paz Mundial (está en escritos Casa Universal de Justicia) en este enlace:
Halcón Real
Libro recomendado: El conflicto de la Paz - Caminando hacia la unidad mundial - Huschmand Sabet - Editorial Bahá'í de España
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